Adaptaciones a entornos áridos
Camellos
y dromedarios están
adaptados para sobrevivir en las rigurosas condiciones climáticas de los
desiertos y estepas de África y Asia; ahí tienen que soportar altas temperaturas que serían letales
para otras especies pero también temperaturas muy bajas durante la noche y, muchas veces, pasar días sin comer ni
beber.
Estos animales presentan particularidades
biológicas y fisiológicas que les permiten la supervivencia en estas
condiciones tan áridas; algunas de estas características son:
- Acumulación de grasa en la joroba que, aparte de ser una reserva de
energía y agua, al estar muy localizada deja el resto del cuerpo libre de grasa lo que facilita la
disipación de calor.
- Grueso pelaje
que, junto con la grasa de la
joroba, les protege de la insolación.
- Reducción de
las pérdidas de agua: cutáneas (sudoración
muy limitada), respiratorias (estos animales prácticamente no jadean), digestivas y
urinarias.
- "Heterotermia"
adaptativa, que permite que la temperatura corporal fluctúe entre 2-3ºC en animales hidratados pero hasta 6-8ºC cuando están deshidratados; en este caso se
acumula calor en el cuerpo durante el día y se disipa por la noche
hacia el entorno más frío por medios no evaporativos (radiación,
conducción y convección).
- Posibilidad de cerrar los
orificios nasales
que además de proteger de la entrada de arena limita las pérdidas de
agua en el tracto respiratorio superior; también, cuando el animal está
deshidratado los conductos
nasales tienen propiedades
higroscópicas, pueden tomar agua del aire que los atraviesa.
- En el aparato digestivo, procesos fermentativos muy
eficientes en el pre-estómago (camellos y dromedarios son
pseudorumiantes) que les permiten aprovechar al máximo la celulosa y elevada absorción intestinal
de los nutrientes.
- Producción de orina escasa
y muy concentrada, gracias a un gran asa de
Henle y al desarrollo de la médula renal, y de heces
muy desecadas.
- Tejidos
extraordinariamente resistentes
a la
deshidratación, pues según se producen pérdidas de
agua, los fluidos corporales de estos animales se van concentrando sin
que ello afecte a su supervivencia; de hecho, sobreviven aun
perdiendo el 30% o 40% de su masa corporal (en los seres
humanos,
una pérdida del 10% es mortal).
- Adaptaciones vasculares en la cabeza que permiten enfriar el cerebro.
- Glóbulos rojos
elipsoidales, para facilitar su flujo en una sangre menos
fluida, y
más resistentes
de lo normal a
los cambios
osmóticos.
- Metabólicamente,
tienen altas tasas de gluconeogénesis
y lipólisis
y baja de cetogénesis, y
pueden reciclar
hasta el 90% del
nitrógeno de la urea sanguínea para reutilizarlo en la
síntesis proteica.
- Capacidad para ingerir grandes
volúmenes de agua en muy poco tiempo (más de 100 L en
pocos minutos) cuando hay
disponibilidad de esta.
- Largas patas que
alejan la mayor parte de la masa corporal del calor irradiado por la arena caliente.
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